Tiempo de lectura: 4 minutosAna sufre de depresión.
Ella no sale de su casa. Está ansiosa, no se concentra y no tiene motivación para leer, para ver una película o leer un libro. No se emociona ni siquiera por sus ídolos, ni por un concierto o una foto. No tiene fuerzas para hacer nada que le gusta. Nada. Ha perdido el deseo sexual y el apetito. Su insomnio es rampante, no puede descansar, su mente y su cuerpo están agotados.
El vacío, la tristeza y la decepción son tan profundos que se somatizan, se hacen fisiológicos, como problemas estomacales, escalofríos, dolores… le tiemblan las manos y las piernas, se marea. Deja de sentir cariño por la gente, deja de creer que la quieren.
No tiene control sobre su cuerpo ni sobre sus pensamientos más desoladores, negativos y repetitivos. Tampoco sobre los pensamientos suicidas que la invaden.
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