Hablando de Biodiversidad en Barquisimeto

En esta edición se publicó el texto de que cito en esta entrada.

He quedado gratamente sorprendido por una labor que lleva a cabo la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del Estado Lara (FUNDACITE- Lara) para la divulgación científica en los colegios de ese estado venezolano. Desde hace 15 años editan la publicación “Bariqui, Cuadernos de Ciencia” y la distribuyen entre los jóvenes estudiantes.

A petición del Coordinador de Popularización de la Ciencia, Ing. Roger Cordero, y de la editora, Lic. Maruja Casanova, este servidor colaboró con la edición Nº 20 (edición aniversaria) dedicada a la Diversidad Biológica.

A continuación transcribo el artículo que escribí para los jóvenes estudiantes:

“¡Hola a muchachos! Antes que nada permítanme presentarme: me llamo Félix Moronta, soy venezolano, tengo 31 años y soy científico. En 2006 me licencié en Biología en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, y a medida que transcurrían mis estudios me iba enamorando más y más de mi carrera.

Entender el origen de todos los seres vivos, su evolución, su metabolismo, su papel en los ecosistemas… me llenó de mucha motivación y me ayudó a encontrarle un sentido a mi vida ¡se los juro!, llenó esa parte inquieta y curiosa que todos alguna vez sentimos.

Mi contribución a la revista.
Mi contribución a la revista.

En el transcurso de mi carrera quise especializarme, primero, en Zoología (adoro los animales), después pensé en hacerme Ecólogo (las salidas de campo eran geniales), para después darme cuenta que la Genética era donde quería quedarme.

La genética reina en todos los seres vivos, desde los virus y bacterias más primitivos, pasando por moluscos, insectos, peces, reptiles, aves y mamíferos (como nosotros, nuestras mascotas, o las ballenas). Yo, en particular, encontré en la Genética Bacteriana un sitio donde quedarme. En la genética bacteriana estudiamos el material genético (ADN y ARN) de las bacterias [aquí hablo un poco de ellas].

Las bacterias, unos microorganismos microscópicos unicelulares, habitan todos los rincones de nuestro planeta, incluidos nuestro intestino [como ya escribí aquí y aquí], mucosas y piel. Las hay desde beneficiosas, pasando por las inofensivas hasta las muy peligrosas. Fueron las primeras habitantes de la Tierra, surgiendo hace más de 2500 millones de años. A partir de aquellos ancestros, evolucionaron formas más complejas de vida animal, como nosotros. Así que debemos nuestra existencia a ellas.

Además, los científicos hemos aprendido a utilizarlas para el beneficio de la humanidad. Por ejemplo, se usan bacterias para producir vacunas, medicamentos, alimentos y un sinfín de producto más. Esto es gracias a la Biotecnología, un campo que está revolucionando los tiempos modernos.

Todo esto lo he aprendido no solo durante la carrera, si no también durante mi posgrado. Les cuento. Cuando obtuve el título de Licenciado en Biología me quedé… cómo decirlo… como con ganas de más, yo necesitaba seguir aprendiendo y ansiaba por contribuir con el conocimiento científico. Así que concursé para una beca doctoral en el extranjero y adivinen qué… ¡me la gané! Así que pasé los últimos 6 años en España estudiando (más todavía) y trabajando, siempre añorando con el regreso a mi tierra, a Venezuela.

Haberme doctorado en el exterior ha enriquecido mi vida en todos los ámbitos imaginables. Vivir en un entorno multicultural, conociendo gente de todos los continentes, inmerso en otra cultura, en otras costumbres, sin duda alguna me ha hecho madurar personal y profesionalmente, además haciendo mi verdadera pasión: las ciencias biológicas.

Y créanme, cualquier persona puede lograrlo. CUALQUIERA. Solamente hacen falta las ganas, el trabajo y la dedicación para conseguirlo. Y si tienen el plus de que les apasiona lo que hacen ¡caray! nada los detendrá.

Ahora que estoy de nuevo en Venezuela, me encantaría contribuir con el conocimiento de la biodiversidad microbiana de nuestros ecosistemas. Esta es aquella biodiversidad “invisible” al ojo, solamente a través de microscopios y otras técnicas cada vez más sofisticadas, hemos tenido una idea de la grandísima diversidad biológica en los suelos y las aguas. Una diversidad muchísimo mayor que la biodiversidad de fauna o flora. Este recurso microbiológico hay que estudiarlo y comprenderlo, ya que, sin duda alguna, el potencial biotecnológico que esconden es inimaginable.

No quiero finalizar sin antes pedirles, jóvenes lectores, que no restrinjan sus esfuerzos en ser creativos, en hacer uso de la razón, en ser escépticos, en pedir explicaciones, en ser tremendamente curiosos, y sobre todo, cultivar una mente inquieta. Estas características los harán hombres y mujeres libres y útiles para nuestro país”

Además, fui cordialmente invitado a Barquisimeto a charlar sobre el tema y a hacer un recorrido por el Parque Temático Bosque Macuto enseñándole a los chamos la diversidad de animales presentes. Al día siguiente, asistí a un conversatorio del mismo tema pero que derivó en un debate enriquecedor y acalorado sobre transgénicos, sobre lo cual escribiré en otra ocasión.

Este servidor dando la charla a los estudiantes
Este servidor dando la charla a los estudiantes

Aprovecho de agradecer públicamente la invitación. La experiencia fue bastante enriquecedora y espero que mi contribución sirva de aliciente para las generaciones de relevo. Y, por supuesto, ponerme a la entera disposición para cualquier actividad que fomente la cultura científica. También aprovecho de aplaudir la formidable labor que está llevando a cabo Fundacite-Lara.

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